miércoles, 9 de enero de 2008

Aquí estamos, por mientras...

He aquí un cuentito intrascendente, que nunca será publicado, y dudo que alguien aquí -o en cualquier otro chingado lado- lo lea. De cualquier forma, si por casualidad un curioso se asomase a esta pinchísima página (o blog enteramente inútil), pues va...

1 comentario:

Gerardo Cruz-Grunerth dijo...

Vías circulares

Mientras tanto, seguías metiendo la cabeza en el suelo, buscando la raíz de la lengua que te hablaba; el único hallazgo fue un reflejo de plata junto a las cegatonas lombrices, lo justo para el viaje en metro.
Salías con la cabeza sucia de tierra húmeda para respirar; sólo sentías el viento que siempre traicionaba tus deseos, ahí no estaba. Seguirías en las búsqueda.
En la vía cavada a tres metros bajo la noche, cuando hacías una pausa para el descanso los dedos sangrados por la labor, leíste con ojos de tierra el mensaje que habías dejado jornadas atrás: "Letras negras rotas. Ariadna está muerta. No me sigas, estoy perdido". En la superficie el viento soplaba cuando emergiste a respirar.
Mr. Lluvia Oblicua